La idea inicial de la que parte el informe “World Development Report 2018: Learning to realize education´s promise”, es la necesidad de establecer una distinción entre escolarización y aprendizaje. La escolarización sin aprendizaje, dirán los autores, no es solo una oportunidad desaprovechada, sino también una gran injusticia.«Millones de jóvenes estudiantes de países de ingreso medio y bajo enfrentan la posibilidad de perder oportunidades y percibir sueldos más bajos en el futuro, debido a que la escuela no le brinda las herramientas necesarias para prosperar en la vida».
La crisis de aprendizaje se evidenciaría en tres dimensiones:
- Dimensión 1. Los resultados en el aprendizaje son pobres: niveles bajos, alta desigualdad y progreso lento.
El aprendizaje que se supone debería garantizar la escuela (ya sea que esas expectativas se basen en los programas académicos formales, en las necesidades de los empleadores o en los intereses de los alumnos) a menudo no ocurre. Los niveles de aprendizaje son bajos, y no solo en los países más pobres. Muchos estudiantes con buen desempeño de algunos países de ingreso mediano (como Argelia, Kosovo y la República Dominicana) se ubicarían en el cuartil inferior de los estudiantes si estuvieran en un país promedio de la OCDE. Al mismo tiempo, las desigualdades en los resultados de aprendizaje son elevadas y las mejoras de todo el sistema suelen ser lentas. En todos los países que participan en las múltiples rondas de PISA desde el año 2003, el aumento promedio en el puntaje nacional de una ronda a la siguiente fue próximo a cero.
- Dimensión 2. Causas inmediatas
En el Informe sobre el desarrollo mundial 2018 se identifican las cuatro razones principales por las que se puede producir la quiebra en la relación entre enseñanza y aprendizaje.
- Los niños no llegan a la escuela preparados para aprender. La malnutrición, las enfermedades, las escasas inversiones parentales y las difíciles condiciones asociadas con la pobreza menoscaban el aprendizaje en la primera infancia.
- A menudo los docentes no tienen las competencias ni la motivación para enseñar de manera eficaz.
- Con frecuencia, los insumos no llegan a las aulas o, cuando se cuenta con ellos, no tienen un efecto en el aprendizaje.
- Una mala administración y gobernanza suelen menoscabar la calidad de la escolarización.
- Dimensión 3. Causas estructurales
El funcionamiento de un sistema educativo plantea dificultades técnicas importantes: las distintas partes del sistema deben estar alineadas en torno al aprendizaje y guardar coherencia entre sí, y los actores en todos los niveles deben tener la capacidad de implementación necesaria. Pero muchas de las causas más profundas de la crisis del aprendizaje son de naturaleza política. Los actores tienen diferentes intereses, más allá del aprendizaje.
Además del análisis pormenorizado de las causas y consecuencias de esta crisis de aprendizaje, En el informe también se recomiendan medidas de política concretas para ayudar a los países en desarrollo a resolver la grave crisis del aprendizaje: realizar evaluaciones más eficaces de la situación, utilizar la evidencia sobre lo que funciona y lo que no funciona para orientar la toma de decisiones relativas a la educación, y movilizar a los distintos sectores de la sociedad para impulsar cambios educativos que promuevan el “aprendizaje para todos”.
Finalmente los autores del informe, concebirán esta crisis de aprendizaje como una crisis moral. Cuando se desarrolla bien, la educación cura una serie de males sociales. Para las personas, promueve el empleo, ingresos, salud y reduce la pobreza. Para las sociedades, impulsa la innovación, fortalece las instituciones y fomenta la cohesión social. Pero estos beneficios dependen en gran medida del aprendizaje.
Fuente: Banco Mundial
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