El informe “Emprendimiento juvenil en Iberoamérica. Una clave para la empleabilidad” aborda el objetivo general de ofrecer un análisis completo, homogéneo y comparable de la situación del emprendimiento juvenil y de las condiciones de entorno en las que se produce para el conjunto de los países iberoamericanos. Para ello se integran dos tipos diferenciados de informes:
- El OIJ-Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Realizado en el marco del GEM, cubre los 12 países con datos disponibles en 2015 (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, Uruguay).
- El OIJ-Deusto Business School. Destinado a cubrir los nueve estados restantes (Bolivia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Venezuela.), utiliza igualmente la metodología del GEM para el análisis tanto de las condiciones marco, a partir de encuestas a 180 expertos nacionales, como de las dinámicas del emprendimiento juvenil donde ha sido posible.
El estudio ha sido encargado por el Organismo Internacional de la Juventud (OIJ) a estas dos entidades y ha recibido el apoyo de la Agencia Española de Cooperación (AECID) y de empresas como Microsoft. Su población objeto son las personas jóvenes entre los 18 y 34 años de los países citados y en él se distinguen esencialmente dos partes: a) el análisis de las condiciones marco de los ecosistemas nacionales (capítulo 2) y b) la descripción de las dinámicas emprendedoras (capítulo 3).
Visión general de los ecosistemas iberoamericanos de emprendimiento
El término “ecosistemas de emprendimiento” hace referencia a los factores del entorno en que los emprendedores desarrollan su actividad. Estas condiciones, o elementos determinantes, pueden actuar como limitantes o potenciadores de la actividad empresarial. En el marco del GEM se analizan nueve condiciones: apoyo financiero, políticas gubernamentales, programas gubernamentales, educación y formación, transferencia de investigación y desarrollo, infraestructura comercial y profesional, apertura del mercado interno, acceso a la infraestructura física y normas sociales y culturales.
La evaluación general de estas nueve condiciones valora con un promedio de 4,18 (en una escala del 1 al 9) el ecosistema de emprendimiento de la región, lo que significa para los expertos, que las condiciones marco son insuficientes para favorecer el emprendimiento juvenil si bien tampoco constituyen un lastre para su desarrollo en términos generales.
El acceso a la financiación es considerado por los expertos como el gran talón de Aquiles del emprendimiento juvenil en Iberoamérica (puntuado con un 3,21). Al igual que las políticas y programas gubernamentales y la transferencia de investigación y desarrollo, que son identificados como factores claramente limitantes e impedimentos claros para el desarrollo de un impulso emprendedor potente. Mientras que en lo que se refiere a la infraestructura comercial y profesional sí se entiende que están en el camino de potenciar la actividad emprendedora (puntuada con un 4,51), al igual que la dinámica de mercado interno, que en términos generales, es una condición marco que puntúa entre las mejores en el ámbito iberoamericano, tan solo superada por las normas culturales y sociales (5,05) y la infraestructura física.
Dinámica del emprendimiento juvenil en los países iberoamericanos
Para caracterizar la actividad emprendedora de los jóvenes en los 21 países iberoamericanos, se analizan tres aspectos fundamentales, a saber:
- Las actitudes y percepciones sociales.
- El análisis del espíritu emprendedor de los jóvenes iberoamericanos
- La actividad emprendedora en fase inicial.
Las actitudes y percepciones sociales:
En general, la juventud iberoamericana mantiene una actitud favorable hacia el emprendimiento. De media, casi tres cuartas partes de las personas de 18 a 24 años consideran el emprendimiento como una buena elección de carrera profesional y siete de cada diez considera que los emprendedores tienen un alto estatus.
Análisis del espíritu emprendedor:
En promedio, casi la mitad de los jóvenes perciben buenas oportunidades emprendedoras en las áreas en las que viven. Cerca de un tercio de los jóvenes manifiestan su intención de iniciar un negocio en los próximos tres años. No obstante, existe una gran discrepancia entre los jóvenes en el rango de edad de entre 18-24 años y los del rango entre los 25-34 años, con respecto a la confianza que tienen en sí mismos a la hora de ponerse al frente de un negocio. Menos de la mitad de los que tienen entre 18 y 24 años creen que tienen la capacidad para sacar partido de las oportunidades emprendedoras en comparación con el 63% de quienes están en el segmento de edad superior.
La actividad emprendedora en fase inicial.
Esta dimensión hace referencia al porcentaje de la población (joven) que está en el proceso de iniciar o que acaba de poner en marcha un negocio.
La juventud más mayor (es decir, de 25 a 34 años) es en términos generales el grupo de edad más emprendedor en todos los países iberoamericanos. La juventud «mayor» tiene alrededor de 1,4 veces más probabilidades de estar involucrada en una actividad empresarial nueva y naciente, en comparación con la juventud más joven (entre los 18 y los 24 años)
El país con mejores índices de emprendimiento en fase inicial es Ecuador, mientras que los países con menores niveles de emprendimiento en fase inicial son España y Portugal a los que sigue de cerca Nicaragua y Venezuela.
La juventud “mayor” también tiene considerablemente más probabilidades de ser propietarios/gerentes de empresas consolidadas que la juventud más joven. El índice de empresas consolidadas para la juventud «mayor» es 2,4 veces mayor que para la juventud «joven» (5,3 frente al 2,2).
El informe cierra con un capítulo de recomendaciones (capítulo 4) y un Toolkit (capítulo 5) dirigido a políticos y administraciones públicas, pero también a empresas, instituciones educativas y medios de comunicación para orientar sus actuaciones de manera que éstas supongan un mejor y mayor apoyo al colectivo emprendedor.
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