Entre 2005 y 2016, la mayor parte de los países iberoamericanos han experimentado una gran reducción en la proporción de jóvenes (25-34 años de edad) que carecían de una cualificación de segunda etapa de educación secundaria. Dicho porcentaje se redujo del 66 % al 53 % en México, del 57 % al 31 % en Portugal y del 62 % al 50 % en Costa Rica. Dicha proporción también cayó en Chile del 26 % al 17 % entre 2010 y 2015 y en Argentina del 41 % al 32 % entre 2005 y 2015. Los datos del último informe Panorama de la Educación 2017 de la OCDE también confirman la reducción de la brecha que separaba a hombres y mujeres de la cualificación secundaria en los países iberoamericanos. En la actualidad ellas representan el 57 % de los graduados en Brasil, el 49 % en Chile, el 52 % en Costa Rica, el 52 % en España y el 50 % en México.
Los avances que los países de la región están experimentando con respecto a la educación secundaria, contrastan con los obtenidos para la educación terciaria. En 2016 (o el último año disponible), el 43 % de los jóvenes de los países de la OCDE contaban con un título de nivel terciario, sin embargo, esta proporción no supera el 30% en la mayoría de los países iberoamericanos (exceptuando España y Portugal). La proporción de personas con estudios terciarios es especialmente baja en Argentina (19 %) y Brasil (17 %).
Las cifras anteriores deben invitar a la reflexión de los responsables públicos de todos los países de la región, pues en todos ellos, las tasas de empleo de la población de 25-34 años de edad mejoran si se alcanza un mayor nivel educativo. Ahora bien, es necesario apuntar que existen diferencias notables entre países. De promedio en los países de la OCDE, las tasas de empleo de los jóvenes son 24 puntos porcentuales superiores si cuentan con un título de nivel terciario, en comparación con aquellos que carecen de una cualificación de segunda etapa de educación secundaria. En Chile, la diferencia es similar, mientras que en Argentina es de 23 puntos porcentuales. En Brasil, Costa Rica, España y México, la diferencia es de entre 14 y 18 puntos porcentuales, pero en Colombia y Portugal las diferencias son de 9 y 8 puntos porcentuales, respectivamente.
Por otra parte, el porcentaje de jóvenes entre los 15 y los 19 años que ni estudian ni trabajan (NI-NI), es para los seis países iberoamericanos disponibles, entre 3 y 9 puntos porcentuales superior al promedio de la OCDE (15%): El 21% en Chile, el 25% en Colombia y Costa Rica, el 23% en España, el 23% en México y el 18% en Portugal.
Finalmente cabría decir que pese a que los países iberoamericanos dedican una gran parte del gasto público a la educación (entre el 4,3% y el 5,8% de su PIB), el gasto por estudiante es bajo. En general, respecto al promedio de la OCDE, el gasto era cerca de un 20 % menor en España y Portugal, cerca de un 50 % menor en Brasil y Chile y entre un 60 % y un 70 % menor en Argentina, Colombia y México.
Para ampliar estos resultados, consulte la Nota País elaborada por el propio organismo o el Informe Completo “Panorama de la educación 2017: Indicadores de la OCDE”.