Jóvenes, oportunidades y talentos, es el título del número 117 de la revista de Estudios de Juventud publicada por el Instituto de la Juventud de España. En este número se aborda “la apropiación simbólica de los jóvenes sobre los recursos comunicativos y especialmente digitales (internet, tecnología móvil y redes sociales) desde una perspectiva que pretende superar los discursos involucionistas que conforman visiones apocalípticas en materia cultural, educativa, etc., para ofrecer una mirada diferente sobre el valor de una cibercultura que está permitiendo a los jóvenes resolver problemas o enfrentar situaciones en clave innovadora”.
Los once artículos que componen la publicación se podrían enmarcar (sin ánimo de exhaustividad) en cuatro dimensiones generales que giran en torno al aprendizaje y desarrollo del talento joven; emprendimiento; producción y consumo cultural; y una última reflexión sobre la inteligencia intelectual y emocional en la juventud actual.
Con respecto a la dimensión de aprendizaje se destaca en el primer artículo de José Antonio Alcoceba Hernando el concepto de aprendizaje invisible. El dominio que lo jóvenes tienen de las TIC y los medios de producción digital, según el autor, acarrea implícitamente un aprendizaje inconsciente de tendencia socializadora desde el mismo momento en que participan, usan y comparten información, herramientas, actividades y experiencias en dichos entornos.
Las características del aprendizaje de estos colectivos juveniles rodeados permanentemente de tecnología son claramente diferenciales con respecto a las generaciones anteriores. Entre ellas se destacan la libertad y el control (el aprendizaje se adquiere con independencia de espacios (aulas) y horarios, bajo el control de los propios jóvenes); elección y creatividad (el uso de la tecnología supone un reto al que se enfrentan de manera alternativa, innovadora y creativa para solucionar problemas y necesidades); inclusividad, las TIC han favorecido en ellos una visión cosmopolita, tolerante y multicultural (razas, religiones, sexualidad…), que rompe con las formas estructuradas y lineales del aprendizaje tradicional.
De la realización de actividades juveniles como la creación y compartición de objetos digitales, se recogen una serie de aprendizajes intangibles que en muchos casos son infravalorados por los marcos normativos institucionales (familia, sistema educativo, etc.).
Al hilo de lo anterior, Lourdes Carmona nos pregunta en el artículo siguiente ¿Estamos preparando a nuestros jóvenes para el futuro laboral que les espera? Un artículo que pretende hacer una reflexión sobre qué necesidades va a tener la población en los próximos años y, por tanto, qué profesionales va a demandar; cuáles son los estudios superiores que tendrán mejor incorporación al trabajo; cómo es el talento, las competencias y las habilidades que necesitan las empresas; etc.
La dimensión de emprendimiento se refiere especialmente al emprendimiento colaborativo juvenil y el ecosistema de las Startups. En el artículo de Ignacio José Molina González, se pone el foco en los agentes que participan en la gestación de las startups, en sus diferentes fases, y cuyas actividades económicas forman parte de la economía colaborativa. Entre estas se encuentran los viveros, las incubadoras y las aceleradoras, las tres se valen de programas de mentoring y coaching, de ofrecer espacios laborales como el coworking y de generar redes entre emprendedores como el networking. Todo esto genera según el autor un ecosistema metacolaborativo en el que se enmarcan la mayor parte de los emprendimientos realizados por jóvenes entre los 18 y 35 años.
La dimensión de cultura juvenil, especialmente en lo que respecta a las nuevas formas de consumo y producción, se abordará en tres artículos: «Nuevos ídolos juveniles. Más allá de la banalidad»; «Nuevos talentos: prácticas artísticas y consumo cultural en la era digital»; y «Colectivos femeninos en torno al arte digital: el caso de «We Don’t Care Anymore».
En el primero de ellos, además de examinar y tipificar las características de los distintos tipos de celebridades e influencers que han emergido con el desarrollo de la web 2.0 y 3.0, Coral Hernández-Fernández analizará el panorama cultural en el que se insertan estos nuevos ídolos juveniles:
- La trasformación del medio online y la colonización comercial por parte de la industria cultural y de las marcas. Los ídolos que surgen de las redes sociales consiguen su estatus gracias al apoyo de las marcas y anunciantes; las marcas y anunciantes, para poder dar credibilidad de sus mensajes, necesitan de estos nuevos ídolos intermediadores que les faciliten el acceso a sus audiencias.
- La colonización comercial de las redes sociales favorece el que las celebrities clásicas, consolidadas en los medios tradicionales (artistas, deportistas, figuras mediáticas, etc.) persigan el éxito también en los nuevos canales.
- Pese a lo anterior, aparecen también figuras públicas propias y exclusivas de cada red social, que parecen remitir a una cierta especialización por canales. Youtube, Facebook o Twitter albergarán perfiles diferenciales de “ídolos juveniles” que utilizan mensajes y soportes adaptados a cada red.
Sin embargo, como apunta la autora, más allá de la banalidad que se les presupone a los nuevos ídolos juveniles, la autora identifica en ellos características relacionadas con valores, habilidades y destrezas que pueden contribuir de forma positiva a la conformación de la identidad de las nuevas generaciones: Capacidad de expresión del pensamiento crítico, profundización en conceptos, multiculturalidad e internacionalización.
En “Nuevos talentos: prácticas artísticas y consumo cultural en la era digital”, Sara Quintero no se detiene únicamente en la producción de arte digital, más relevante que esto parece ser como los jóvenes han expandido las posibilidades de interacción y participación a través de los nuevos canales digitales tanto para formarse, superando las carencias de sus sistemas educativos con una formación autodidacta, utilizando los numerosos recursos que la red ofrece, buscando aquello que necesitan para resolver un proyecto concreto, como para desarrollar sus propuestas artísticas, y generar nuevos espacios de convivencia y comunidad.
Juventud y desarrollo tecnológico se aúnan para describir una nueva cultura donde los jóvenes se comportan cada vez más como co-creadores, distanciándose del consumidor pasivo y apostando por la producción compartida y la participación.
Para finalizar, el artículo “Jóvenes competentes personal y profesionalmente: reflexiones en torno a la inteligencia intelectual y emocional en la juventud actual” de Mariela Villa Romarís se centrará en desarrollo de los valores, actitudes, motivaciones, talento e inteligencia emocional que deben desarrollarse en los jóvenes para potenciar el incremento generacional de su inteligencia social y emocional.
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