La revista Pensamiento Iberoamericano dedica el segundo número de su nueva etapa a reflexionar sobre el estado de la juventud en la región, especialmente en los que se refiere a su relación con los ámbitos de la educación y el emprendimiento.
Los desafíos de la educación …
Sobre los desafíos de la educación en el contexto regional, reflexionan Daniela Truco (CEPAL) y Martín Hopenhayn (consultor independiente). En opinión de Daniela Trucco, tras los grandes avances que se produjeron durante las dos últimas décadas en la cobertura y conclusión de la enseñanza escolar (alcanzando niveles casi universales en la primaria), el desafío principal se muestra ahora en el nivel secundario, especialmente en términos de retención.
La autora no solo plantea la necesidad de abordar las desigualdades (socioeconómicas, geográficas, étnicas o de género) que dificultan el acceso y conclusión de los estudios secundarios en todos los países de la región. Sino también, el importante reto de mejorar la calidad y el sentido de la enseñanza para los jóvenes: reforzar la transición de la educación al trabajo, abordar los ambientes de violencia y asumir un rol activo en la formación de habilidades digitales, pasan por ser las principales transformaciones a llevar a cabo para que los sistemas educativos se conviertan en un potente mecanismo de igualación de oportunidades.
Martín Hopenhayn desde un plano más teórico reflexiona entorno al potencial de la educación como agente emancipador. En palabras del propio autor:
“la educación debe, pues, entenderse como un sistema de transmisión organizada de información, conocimientos y modelos ético-prácticos para potenciar, en los educandos, sus capacidades para llevar a cabo proyectos de vida deseados y, al mismo tiempo, constituirse en sujetos que aportan a las comunidades a las que pertenecen en distintas escalas”.
El empleo y las competencias
El capítulo sobre empleo y competencias reúne hasta un total de cinco artículos donde se reflexiona acerca de las nuevas habilidades que demandan las profesiones del futuro. En este sentido, Pablo Sanguinetti expone los tres grandes grupos de habilidades que ameritan una clasificación o taxonomía. Se trata de habilidades cognitivas, socioemocionales y físicas entre las que cabe mencionar: las capacidades para el aprendizaje, el procesamiento de información y la toma de decisiones, el autocontrol, la empatía y las buenas habilidades físicas que permiten utilizar de manera eficaz las destrezas motoras y los sentidos. Unas serán más importantes que otras dependiendo de la ocupación laboral, pero todas ellas aseguran una mejor complementariedad con el mundo digital y los espacios computacionales, que por otra parte, substituirán previsiblemente la mayoría de las actividades rutinarias que realizamos hoy en día.
Sabiendo que, sin las aptitudes apropiadas, la gente languidece al margen de la sociedad, el progreso tecnológico no se traduce en crecimiento económico y los países no pueden competir en la economía global, construir dichas aptitudes y habilidades es una prioridad fundamental, entre otros, para los jóvenes iberoamericanos. Mario Pezzini y Andreas Schleicher opinan que los esfuerzos deberían centrarse en entender mejor la demanda actual de habilidades y su evolución, y en conectar a los jóvenes al mundo del trabajo a través de fórmulas de aprendizaje que revaloricen el papel de las empresas en la educación y fomenten el reconocimiento de las calificaciones oficiales en el mercado laboral.
Las oportunidades del emprendimiento
Las oportunidades para el emprendimiento es otro de los grandes temas que se abordan en este número. En este sentido, Hugo Kantis aporta dos importantes conclusiones: América Latina debe avanzar en el camino estratégico de la diversificación productiva y la innovación, y el emprendimiento es una vía funcional a dicha dirección estratégica. Ahora bien, para que exista una base más amplia de emprendedores con proyectos (tanto en cantidad como en lo que respecta a extracción social) es necesario incluir en las políticas de emprendimiento el apoyo a la formación de emprendedores con potencial. Esto implicaría trabajar en la promoción de las vocaciones y capacidades emprendedoras en los jóvenes desde el mismo sistema educativo, para dotarlos de mejores competencias que incrementen sus oportunidades de conquistar su lugar en el mercado de trabajo o para trabajar como empleados con perfil emprendedor.
Las expectativas de la juventud
Finalmente, es interesante la reflexión que aporta Max Trejo (Secretario General de la OIJ) con respecto a las expectativas de las personas jóvenes en Iberoamérica. Max Trejo perfila una juventud interconectada, con alta incidencia política; pero al mismo tiempo excluida y discriminada por condiciones personales y/o sociales en las que se encuentra inmersa, en ocasiones sin acceso a una educación de calidad u oportunidades de empleo dignas que contribuyan a su bienestar.
La educación, el trabajo y la salud son los asuntos que centran las preocupaciones de los jóvenes en la región, según los resultados de la Encuesta My World que cita el autor, los jóvenes son optimistas con respecto a su futuro y el de sus países, pero esto no impide que planteen cambios de orden político, económico y social. Según los recientes trabajos llevados a cabo por el Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ):
- Los jóvenes plantean la necesidad de crear espacios participativos, informativos y de comunicación para la inclusión de las juventudes en los procesos políticos, así como de una gestión de la información más eficiente e inclusiva.
- Consideran necesario flexibilizar los entornos laborales y agilizar los trámites burocráticos para convertir ideas innovadoras en proyectos emprendedores de éxito.
- Manifiestan la importancia de vincular procesos de desarrollo integral a una mayor cercanía y aplicación de mecanismos legales que aboguen por sus derechos, como es el caso de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, permitiendo consolidar su potencial a la transformación de las sociedades.
En opinión del autor las personas jóvenes están descubriendo nuevas oportunidades en un mundo globalizado. Naturalmente, se percibe mayor concurrencia y presión por conseguir las metas, pero su mayor capacidad de resiliencia les permite sin duda adaptarse a las transformaciones de una región que seguirá en continuo y acelerado cambio.
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