Un análisis sobre cómo se definen las diferentes juventudes, como se entienden sus intereses y cuáles son sus formas de participación social y política.
Las juventudes en México: situación actual y perspectivas
Autores: Lorenzo Gómez Morin Fuentes, Carlos Johnatan Molina Téllez, Mauricio Reyes Corona, Martha Rocío Estrada Rivera, Miriam Ceballos Albarrán
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Partiendo de una sistematización de estudios, encuestas e investigación sobre la juventud en México, la presente publicación ofrece en primer lugar, un análisis sobre cómo se definen las diferentes juventudes, como se entienden sus intereses y cuáles son sus formas de participación social y política. En segundo lugar, se presenta una síntesis sobre la caracterización de los jóvenes especialmente en torno a dos dimensiones: lo que representa para ellos la educación y, el tipo de empleo que buscan los jóvenes mexicanos del siglo XXI.
Aproximaciones conceptuales y contextuales a la juventud.
¿Cómo se definen las diferentes juventudes y como se entienden sus intereses?
En la revisión realizada por los autores destacan dos grandes áreas de investigación al respecto: a) por un lado, aquellos estudios que colocan el foco de abordaje en lo etnográfico respecto a diversas identidades juveniles en la sociedad mexicana (chavos banda, darks, punks, rockeros, fresas, graffiteros, cholos, etcétera), y b) por el otro, aquellos que sitúan el análisis en aspectos más globales (se abordan temas demográficos, educativos, laborales, migratorios, de salud, adicciones, participación política, género, violencia, religión y valores juveniles).
La investigación con respecto a la primera dimensión constata que hay muchas maneras de ser joven en la sociedad mexicana, derivadas de la desigual distribución del capital económico y educativo, y de las redes formales e informales a las que se logra acceder. En este sentido, las investigaciones desarrolladas han ido incorporando, de manera más sólida, los elementos contextuales que tienen efectos diversos entre los jóvenes (ámbito urbano o rural, población indígena, etc.).
Con respecto a la segunda dimensión, los especialistas sobre juventud en México hacen referencia al ritmo vertiginoso con el que irrumpen nuevos fenómenos que tienen efectos en la juventud. En la mayoría de la bibliografía revisada se advierte que la crisis económica, social, cultural y política implica para los jóvenes una cierta crisis de identidad, y de manera significativa una incertidumbre respecto al futuro y a las posibilidades de construir uno que sea medianamente certero y estable. Por ello, expresa García Canclini para el caso de México y Feixa en un análisis más global, los jóvenes gestionan de una manera particular sus emociones y para hacer frente a esta realidad líquida construyen redes de conocimiento-aprendizaje, desarrollan proyectos culturales al margen de lo gubernamental, son solidarios entre ellos, usan las TIC como TAC (Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento), y tienen una visión global del mundo con expresión local.
Estudios sobre la caracterización de los jóvenes.
¿Qué valor tiene para ellos la educación y que tipos de empleo buscan los jóvenes mexicanos del siglo XXI?
En la actualidad, los jóvenes tienen presente que la educación debe tener más el propósito de permitirles adquirir y desarrollar, además de los conocimientos y aprendizajes, las habilidades y competencias para enfrentar el desafiante siglo XXI. Los esfuerzos de esta generación se orientan en usar la educación para alcanzar lo que se denomina empleabilidad más que para la estabilidad laboral (longevidad en un solo empleo) como las generaciones de sus padres o la de sus abuelos.
En esta línea, los jóvenes mexicanos priorizan tres cosas a la hora de escoger un empleo: dinero, oportunidades de promoción y beneficios. Prefieren, asimismo, desarrollar competencias y habilidades que, como se mencionó con anterioridad, les garanticen la empleabilidad y les permitan poder elegir el tipo de empleo que se ajuste más a sus intereses relevantes, que sea una oferta laboral flexible y que haya oportunidad de crecimiento individual.
Por otra parte, los autores dedicarán un amplio epígrafe al problema multidimensional del abandono escolar en México. Habida cuenta de que hace más de una década, más de 700,000 jóvenes abandonan sus estudios de educación media superior cada año; el 61% lo hace en el primer semestre. Esto significa que, en relación con un calendario escolar de 200 días, 3 mil 500 al día y 145 cada hora no concluyen el trayecto educativo obligatorio y, por tanto, no pueden ejercer su derecho humano a recibir la educación obligatoria de calidad.
¿Cómo observamos lo que observamos?
Finalmente, la publicación se cierra con un análisis sobre la evolución de los Observatorios de la Juventud. Las características, capacidades y aportes que han tenido los observatorios de la juventud se han desarrollado de manera casi paralela a la evolución de las investigaciones y estudios. En este sentido, los autores siguiendo a Mauricio Sepúlveda Galeas y Cristián Pérez (2011), hablan de hasta tres “generaciones” de observatorios que evidencian la evolución de este tipo de instrumentos que pasaron de realizar un simple acopio e integración de información, a la sistematización y producción intencionada de conocimiento que se socializa con alcances globales.
Los autores concluyen haciendo una reflexión sobre la necesidad del desarrollo de Observatorios de la Juventud de 3ª Generación para el caso de la juventud en México (al igual que sucede con otros campos de estudio como la educación, la salud y el desarrollo social). Los mismos deben contener lo que hasta ahora han incorporado las dos generaciones anteriores: acopio, sistematización, análisis e interpretación de información y datos relevantes. Asimismo, requiere tener una importante producción de conocimiento propio y aprendizajes que sirvan de sustento para el proceso decisional de políticas públicas, así como para la construcción de acciones desde la sociedad civil.