El martes 12 de diciembre presentamos en Madrid el informe “Jóvenes Españoles entre dos siglos 1984-2017”. Una investigación difícilmente replicable en España por cuanto recoge, analiza y compara, los datos de la serie de investigaciones sobre juventud que la Fundación SM ha venido publicando desde 1984 hasta la actualidad, calificada en este sentido por Jose Juan Toharia como: “una de las más significativas e influyentes series de estudios sociológicos llevados a cabo en nuestro país en los últimos cuatro decenios”.
El director de la Fundación SM, Javier Palop, remarcaba al inicio de la presentación, no solamente el gran valor diferencial que aporta este Informe en clave comparativa, si no también, el carácter aplicado de una investigación que busca convertirse en una herramienta dirigida a todos aquellos profesionales que trabajan habitualmente con jóvenes y que buscan comprender las prioridades vitales de los jóvenes de hoy, sus intereses políticos, su relación con la familia y amigos o sus preferencias a la hora de pasar su tiempo de ocio.
Las especificidades técnicas de la investigación fueron expuestas por Paloma Fontcuberta, coordinadora del Observatorio, quién señaló que para el diseño del cuestionario se había realizado una revisión en profundidad de los informes anteriores de la Fundación SM y sus correspondientes cuestionarios, seleccionando las preguntas de mayor interés y relevancia para los objetivos de este proyecto. El trabajo de campo, aclaraba Paloma Fontcuberta, se realizó durante el mes de diciembre de 2016. En total, se hicieron 1.250 entrevistas personales a jóvenes entre 15 y 24 años. El ámbito de estudio incluyó todas las comunidades autónomas, incluidas las islas Canarias y a excepción de Ceuta y Melilla.
Los autores del informe Juan González-Anleo y Jose Antonio López-Ruiz, acto seguido, pasaron a desgranar algunas de las ideas clave que aporta el informe y que suscitaron el interés del público asistente.
La familia se consolida como el mayor referente del joven para entender su posición en el mundo.
De acuerdo con los datos recogidos en el Informe, para los jóvenes españoles de 15 a 24 años, lo más importante de sus vidas son la salud y la familia, seguido de los amigos y conocidos, el trabajo y el tiempo de ocio. En el mismo sentido, la familia se muestra como uno de los pilares más importantes de su vida (97% de los encuestados) y el lugar donde se dicen “las cosas más importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo”.
Los autores encuentran varias explicaciones a la conclusión anterior, entre las más importantes cabría destacar: el papel clave de la familia en la estrategia refugio que muchos jóvenes habrían desarrollado frente a los efectos de la crisis económica; o la flexibilidad de una institución que ha sabido adaptarse a los cambios sociales que ha experimentado el país y especialmente la juventud desde los años 80.
Resulta curioso, afirmaba Jose A. López-Ruiz, que “en un mundo en el que los jóvenes viven rodeados más que nunca de datos y redes de comunicación globalizadas, la familia se siga presentando como uno de los máximos referentes culturales para los jóvenes”.
Aumenta el interés de los jóvenes por la política, aunque esto no se traduce en una mayor participación.
Analizando la participación política, ahora más jóvenes siguen frecuentemente la información política en los diferentes medios que en 2010, pasando de un 26 % a un 37 % en la actualidad. También aumenta el porcentaje de jóvenes que declaran discutir de temas políticos, pasando de un 20 % en el 2010 a un 32 % en 2017. Sin embargo, este mayor interés por la política no se traduciría en un aumento significativo de las acciones políticas propiamente dichas, como firmar una petición de recogida de firmas o participar en acciones reivindicativas o de protesta, que disminuyen o se mantienen en niveles similares a los del año 2010.
Lo que, si podemos constatar, remarcaría Juan Gonzalez-Anleo en su intervención, es que “está empezando a desaparecer, por lo menos en parte, el joven que Bertolt Brecht, definía como analfabeto político”
Por otra parte, en lo que respecta a la confianza de los jóvenes en las instituciones. Si comparamos los datos actuales con los del año 2005, que constituye un punto de referencia para poder evaluar el impacto que ha tenido la crisis, exponía Gónzalez-Anleo, llama la atención que desciende la confianza de los jóvenes en la gran mayoría de las instituciones, incluidas las organizaciones de voluntariado (en las que más confían). Destacan en ese descenso el Parlamento del Estado (un 10 %), la prensa (un 10 %), la Monarquía (un 9 %), el Parlamento de su comunidad autónoma (un 8 %) y los sindicatos (un 7 %). Por el contrario, ganan en confianza, las Fuerzas Armadas (un 17 %), la Policía (un 8,5 %), las grandes empresas y multinacionales (un 8 %) y aunque algo más modestamente, la Iglesia (casi un 2 %).
Consumistas, obsesionados con su imagen y con un ocio muy diversificado
Desde la perspectiva histórica, los tres rasgos predominantes de los jóvenes son los que los definen como “consumistas”, “rebeldes” e “independientes”. Los resultados de 2017 les caracterizan también como “demasiado preocupados por la imagen que proyectan” (47%), algo “egoístas” (35%), pero también indignados por la situación sociopolítica (32%).
Además de lo anterior, un dato interesante que revela el informe, guarda relación con la valoración que hacen los propios jóvenes sobre el grado de libertad que tienen. Al respecto se halla que, actualmente 1 de cada 3 jóvenes opina que tienen “más libertad de la que deberían”, lo que supone un incremento del 12 % respecto a los jóvenes de finales de los años noventa.
Jose A. López-Ruiz reconoció en su exposición que existen diversas interpretaciones para aclarar el dato anterior, quizá la más obvia, opinaba el autor, se relacione con el escaso tiempo que los padres pueden dedicarles a sus hijos, debido a las grandes dificultades que existen en nuestro país para conciliar trabajo y vida familiar.
Finalmente, en lo que respecta a las actividades que los jóvenes más realizan en su tiempo de ocio, destacan en un 94% de los casos, ver series y películas, salir o reunirse con amigos, escuchar música y ver contenidos en internet. Estos datos junto con otros que se analizan en el informe, confirman la tendencia de una cultura del ocio que se desplaza hacia actividades que se realizan dentro del hogar (colectiva o individualmente), en detrimento de las salidas nocturnas a bares y discotecas que estaban mucho más presentes en la juventud de los años 80.
Descargue AQUÍ el informe completo Jóvenes Españoles entre dos siglos 1984-2017