Una investigación sobre las actitudes, valores, expectativas y modos de vida de la juventud española partir de sus propios discursos.
Protagonistas y espectadores (II)
Autor: Ignacio Megías Quirós
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Esta investigación analiza los discursos de jóvenes españoles de entre 15 y 29 años sobre diferentes cuestiones que atienden a sus valores, actitudes, modelos de vida, posturas morales y expectativas, tratando de hallar un discurso común con el que poder renovar la fotografía generacional, analizar los cambios e indagar sobre algunas cuestiones emergentes como la resignificación de la intimidad que se produce con el uso de las redes sociales, el escenario vital de incertidumbre, las nuevas banderas de la juventud (el ecologismo, el feminismo y la defensa de diversidad) o las nuevas necesidades educativas.
Se ha desarrollado tres formas distintas de acercamiento cualitativo: dos para analizar los discursos y argumentos de adolescentes y jóvenes (grupos de discusión y talleres), y una para obtener también la perspectiva de personas adultas, o de jóvenes de mayor edad, que están en contacto con la realidad juvenil, desde el ámbito profesional y la experiencia con temas de juventud (grupos triangulares).
En esta investigación pueden hallarse claves, como:
- La importancia de la familia y los amigos como apoyos incondicionales y de sustento emocional para los jóvenes.
- El consumismo, individualismo y hedonismo como valores inevitables, ni se cuestionan ni se combaten, porque forma parte de lo que somos.
- La incertidumbre e inseguridad entendidas como signos de nuestro tiempo, que derivan en la aceptación de la perdida de derechos sociales y laborales y en la necesidad de encontrar fuentes externas de confianza.
- La ausencia de reflexión y pensamiento crítico: percibidos como bienes escasos y necesarios, desde una perspectiva que incide en la necesidad de cambiar uno mismo o una misma, como paso previo a intentar cambiar las cosas.
- Dificultad en la gestión de las emociones: En un contexto que propicia elevados niveles de gestión de la propia persona, de las relaciones, de la imagen, lo único que no se puede gestionar son las emociones y los afectos.
