Este estudio ofrece una panorámica general de la situación de la juventud rural en América Latina y el Caribe (ALC). La población se describe a través de su dinámica demográfica, sus características socioeconómicas (educación, inserción laboral y pobreza), la situación de los grupos prioritarios (mujeres y pueblos indígenas) y algunos temas que son de interés general para todos los jóvenes (uso de las TIC, salud sexual y reproductiva, violencia y participación social).
Sobre estas dimensiones, los datos se presentan observando las diferencias existentes, tanto sobre la juventud urbana como sobre los adultos, a partir de una explotación estadística de las bases de datos de la CEPAL junto con datos procedentes de encuestas nacionales y de otros organismos internacionales como el Banco Mundial o la OIT.
De los resultados, cabe señalar que la juventud de la región representa un grupo heterogéneo. No obstante, se aprecian características comunes que lo distingue como un grupo de interés. En particular, se puede ver que todavía hay brechas entre la juventud rural y urbana en las áreas de pobreza, educación e integración laboral en todos los países, aunque con diferencias importantes entre ellos.
- La pobreza supera el 40% entre los jóvenes rurales de 6 de los 10 países considerados. Asimismo, se constata que los porcentajes de indigencia y pobreza son más altos en los jóvenes que en los adultos prácticamente en todos los países considerados.
- Los jóvenes urbanos presentan un promedio de años de educación mayor que los jóvenes rurales, lo que da cuenta de la persistencia de la brecha educacional en la región.
- los jóvenes rurales se insertan más temprano que sus pares urbanos en el mercado de trabajo, pero lo hacen en una mayor proporción en trabajos de baja productividad y con menores ingresos y menor cobertura de seguridad social, cuyos valores máximos solo se acercan al 30% del total de jóvenes en países como el Brasil (urbano), el Uruguay y el Ecuador (ambas áreas).
La situación de la juventud rural es mucho más grave en lo que respecta a las mujeres, los pueblos indígenas y los afrodescendientes.
- A pesar de que las mujeres de la región han superado a los hombres en lo que respecta a años de estudio, tanto en áreas rurales como urbanas. Las mujeres rurales perciben solo la mitad de los ingresos de las mujeres urbanas y un tercio de lo que perciben los hombres urbanos, lo que se relaciona directamente con la mayor incidencia de pobreza entre ellas.
- Los jóvenes indígenas muestran peores indicadores que los jóvenes no indígenas y mayores dificultades en el acceso a la atención médica específicamente a la salud sexual y reproductiva (conocimiento sobre el VIH y una mayor prevalencia de embarazo adolescente). En el ámbito de la educación, en las áreas rurales los pueblos indígenas muestran peores indicadores que su contraparte no indígena, tanto en el acceso a la educación como en el promedio de años de estudio y el abandono escolar.
En términos generales, la falta de oportunidades en las zonas rurales hace que este grupo migre a las ciudades en mayor proporción que los adultos, lo que tiene importantes consecuencias para sus lugares de origen.
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